Entrevista en Revista Osteoporosis

Reportaje sobre vertebroplastía con entrevista al Dr. Álvaro Silva González en Revista Osteoporosis.

Procedimiento acaba con el dolor en pacientes osteoporóticos

Reparando las vértebras fracturadas

La vertebroplastía es una técnica utilizada en aquellas personas con osteoporosis que han sufrido una lesión en su columna vertebral y manifiestan sensación dolorosa permanente. Como es ambulatoria y en la mayor parte de los casos se logran excelentes resultados, es muy utilizada en aquellos adultos mayores que presentan esta complicación.

En quienes viven con osteoporosis, la aparición de una fractura es el mayor fantasma que amenaza su convivencia con esta enfermedad. De hecho, las fracturas vertebrales corresponden al 50% del total de lesiones que se presentan y traen consigo graves consecuencias, como incapacidad física, deformidades e incluso dolores que pueden volverse crónicos.

Y es que en algunos casos el tratamiento tradicional de las fracturas vertebrales, que corresponde al uso de un corsé y medicamentos para aminorar el dolor, no entrega los resultados que se esperan y llega el momento de barajar otras alternativas para disminuir un sufrimiento innecesario que menoscaba la calidad de vida de quien presenta esta lesión y que, en general, corresponde a un adulto mayor.

Para ellos se encuentra disponible en el país desde hace algunos años una revolucionaria técnica quirúrgica que repara los cuerpos vertebrales e incluso hace desaparecer la sensación dolorosa. Se trata de la vertebroplastía, un reforzamiento vertebral que usa inyección de un cemento acrílico de uso biológico para otorgarle solidez. Su gran ventaja: es ambulatoria y sus resultados son exitosos en más del 90% de los pacientes.

El Dr. Andrés Chahín, traumatólogo de la Clínica Las Condes, indica que no todos los pacientes osteoporóticos con esta clase de fracturas deben someterse a la vertebroplastía. “El mejor paciente es el adulto mayor, pues en una persona joven no sería recomendable tanta rigidez en una vértebra. Además, debe presentar un dolor que supere las 6 a 8 semanas y éste debe caracterizarse por ser intenso e incapacitante”, dice el especialista.

Opciones

Una de las ventajas de esta técnica quirúrgica es que se realiza en forma ambulatoria, es decir, el paciente puede volver a su casa y a sus actividades normales al día siguiente de haberse practicado la cirugía. El procedimiento demora unos 30 minutos por vértebra y puede hacerse en más de una a la vez.

El traumatólogo Álvaro Silva, de la Clínica Alemana, explica que al realizar una vertebroplastía al paciente se lo coloca boca abajo en una mesa que cuenta con un equipo radiológico que permite ver desde la posición frontal y lateral. “Se coloca un trócar o cánula de 2 y medio milímetros en el pedículo vertebral, un tejido que conecta la parte posterior de la vértebra con el cuerpo vertebral que hay que rellenar. Este es un conducto seguro, que evita que entremos al canal raquídeo y se compriman o lesionen nervios”, señala.

A través del trócar se introduce con una jeringa de alta potencia el cemento acrílico mezclado con medio de contraste que permite verlo mientras se va inyectando a la vértebra a través de rayos X. “El cemento tiene una consistencia líquida y fragua en 12 minutos, queda muy rígido y, de esta manera, fija la fractura y ése es el principal mecanismo de alivio del dolor”, sostiene el traumatólogo.

Respecto a las complicaciones de la técnica, el Dr. Chahín comenta que existe la posibilidad de que caiga cemento dentro del canal raquídeo lo que “puede acarrear problemas porque cuando el cemento fragua la temperatura aumenta bastante y eso puede quemar alguna zona neural”. Agrega que otra dificultad es la aparición de una embolia pulmonar si el cemento ingresa a algún vaso y de ahí llega al pulmón.

Para minimizar estos riesgos se utiliza otra técnica también indicada para fracturas vertebrales osteoporóticas dolorosas, pero cuyos costos son casi cinco veces más altos que la vertebroplastía. Hablamos de la cifoplastía, que difiere del otro procedimiento “porque en vez de colocar el cemento en forma directa se pone un balón que se infla y hace una cavidad en la vértebra. Así, se disminuye el riesgo de escape”, afirma el traumatólogo Álvaro Silva. No obstante, ambos especialistas concuerdan en que los valores que deben pagarse por el kit instrumental de la cifoplastía, que bordea los US$ 5 mil (unos $2 millones 700 mil pesos), versus los de la vertebroplastía que llegan a los US$ 1 mil (aproximadamente $540 mil) hacen que el primer procedimiento esté casi vedado para algunos pacientes.

“No olvidemos que en Chile son muy pocos los mayores de 70 años cubiertos por las isapres. La mayoría está en Fonasa, que no considera la vertebroplastía. Es una técnica que les sale cara por ser pacientes mayores, con menos ingresos y poca cobertura en salud”, sentencia el Dr. Silva.

Sin embargo, los resultados al comparar ambos procedimientos son muy similares y si se considera que el objetivo es disminuir el dolor, la vertebroplastía cumple de muy buena forma.

Recomendable

Otro aspecto importante es que una vez realizada la vertebroplastía existiría la posibilidad de presentar fracturas en los cuerpos vertebrales adyacentes al que fue intervenido. Así lo afirma un estudio realizado por la Clínica Mayo de Estados Unidos, donde se advierte que las vértebras más cercanas a la que fue operada se lesionarían mucho antes que las que están más lejos.

Respecto a esta información, el Dr. Silva comenta que el riesgo existe ya que “hablamos de un paciente cuyas vértebras tienen menor densidad ósea por lo que si una se fractura y causa dolor al rellenarla queda más rígida y resistente. Entonces, las vértebras vecinas, que en teoría están débiles, empiezan a trabajar más y podrían fracturarse”. El traumatólogo Andrés Chahín agrega que pese a esta complicación “los resultados son los suficientemente buenos como para seguir haciéndola”.

Pese a ser una técnica muy exitosa, quienes presentan fracturas vertebrales por osteoporosis no pueden olvidar que la vertebroplastía permite abordar las consecuencias, pero en ningún caso la pérdida de masa ósea, por lo que se recomienda seguir un tratamiento que aumente la calidad y densidad del hueso con el propósito de evitar nuevas lesiones.

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